miércoles, 4 de junio de 2025

EL SIETE CONCHAS

Mi infancia en Pueblo Libre fue muy hermosa. Vivía en uno de los callejones de la cuarta cuadra de la Av. Sucre que tenían cuatro caños y un par de duchas. Eran dos callejones, no quintas, frente a la entonces Farmacia "Tizón". Solía jugar junto a las tapias que protegían unos platanales (Hoy Supermercados Metro) en la siguiente cuadra por donde corría un riachuelo y habitaban algunas ratas en los alrededores. Me agradaba el olor del barro con paja que eran parte de los vetustos muros, donde todo el mundo trepaba para llevarse algunos plátanos. Parecía el huerto del pueblo, en este caso, el “huerto de un pueblo libre”. Se le conocía entonces como la Magdalena Vieja. El callejón donde vivía tenía cuatro caños públicos en la parte delantera, dos duchas y unos tres baños, no me acuerdo muy bien.